BOOKETECA: Estantería

A

B

Becca Fitzpatrick - Saga Hush Hush

Benjamin Alire Sáenz - Aristóteles y Dante descubren los secretos del universo
Benito Taibo - Persona Normal

Cecelia Ahern - Donde termina el arcoiris

D

E

F

F. Scott Fitzgerald - El gran Gatsby

G

Gabriel G. Márquez - Crónica de una muerte anunciada

H

I

J

Jane Austen - Orgullo y prejuicio
Janne Teller - Nada
J.A Redmerski - Nadie Como Tú
Jojo Moyes - Yo antes de ti

K

Kiera Cass - La Elegida
Kiera Cass - La Élite
Kiera Cass - La Selección

Lauren Oliver - Delirium

Lauren Oliver - Pandemonium

Lauren Oliver - Requiem

Lisa Mcmann - Huye

Lisa Mcmann - Sueña

Lisa Mcmann - Teme

Louise Renninson - Mi gato Angus, El primer morreo y el plasta de mi padre

M

Marie Lu - Legend

N

El lado explosivo de Jude
Nicoholas Sparks - El cuaderno de Noah
Nicholas Sparks - El viaje más largo

O

P

Q

R

Rainbow Rowell - Eleanor & Park

S

Santiago Posteguillo - La noche en que Frankenstein leyó el Quijote
Sara J. Mass - Tono de Cristal

T

V

Victoria Aveyard - La Reina Roja

W

Y

Z

Where rainbows end.

Hay algo tremendamente desconcertante en lo de ver a tus padres disgustados. Supongo que es porque se supone que ellos tienen que ser los fuertes, pero no es sólo eso. Las personas, cuando son niños, usan a sus padres como una especie de rasero para saber lo grave que es una situación determinada. Cuando te caes al suelo, te das un buen golpe y no sabes si te duele o no, miras a tus padres. Si los ves preocupados y corren hacia ti, lloras. Si ríen y patean el suelo diciendo: «suelo malo», te pones de pie enseguida como si tal cosa. (...) Cuando tanto tu padre como tu madre te abrazan y te dicen que todo irá bien y que cuentas con su apoyo, sabes que no es el fin del mundo.

"Pero yo no puedo ser siempre Lois Lane, yo también quiero ser Superman."

"-Hay algo… extraño en cómo estáis juntos –murmuró ella, con la frente fruncida sobre sus ojos preocupados-. Te mira de una manera… tan… protectora. Es como si estuviera dispuesto a interponerse delante de una bala para salvarte o algo parecido. -Y no es sólo él –apretó los labios en un ademán defensivo -. Me gustaría que vieras la manera en que te mueves a su alrededor. -La manera en que andas, como si él fuera el centro del mundo para ti y ni siquiera te dieras cuenta. Cuando él se desplaza, aunque sea sólo un poco, tú ajustas automáticamente tu posición a la suya. Es como si fuerais imanes, o la fuerza de la gravedad. Eres su satélite… o algo así. Nunca había visto nada igual."

Páginas

Estantería

A

B

D

E

F

G

H

I

J

K

M

N

P

Q

R

S

T

V

W

Y

Z

No hay comentarios:

Publicar un comentario